La respiración es una de las mayores preocupaciones para los corredores y existen muchos mitos en torno a su adecuada ejecución al correr.
Como tus músculos van a precisar una muy grande cantidad de oxígeno para poder sostenerse en movimiento mientras efectúas tu entrenamiento, si respiras solamente por la nariz no vas a estar proveyendo el oxígeno suficiente. Con lo que debe quedar clarísimo que debes respirar tanto por la nariz como por la boca, aunque existen diferentes variables, por ejemplo; correr distancias cortar o largas, pero lo más importante es conocerte y dependiente de la distancia del entrenamiento, respirar por la nariz o ambas.
Si corres largas distancia, con el tiempo vas a prender a respirar por las dos vías, pero es un proceso lento y de mucho entrenamiento para poder llegar a ese nivel de respiración.
Otro aspecto esencial para progresar tu eficacia al correr es que debes respirar de manera directa desde el vientre y no desde el pecho. Una respiración abdominal profunda siempre y en todo momento te ayudará a aspirar considerablemente más aire y además de esto evitará que aparezcan las molestas punzadas laterales (o bien flato). Recuerda que debes exhalar por la boca todo el aire que tomes y de este modo vas a poder quitar todo el dióxido de carbono que hayas aspirado.